La Procesionaria
La oruga del pino o procesionaria (Thaumatopea pytocampa) es una plaga que entró en Mallorca en 1942, y desde entonces provoca grandes molestias a muchos animales, incluidos los humanos, en determinadas fases de su ciclo biológico.
El ciclo de la procesionaria se divide en cuatro fases: huevo, larva (oruga), crisálida (pupa) e imago (adulto o mariposa). La mayor parte de su ciclo suele pasarlo en forma de oruga, que es cuando realmente causa o puede llegara causa daños tanto a las plantas que ataca como reacciones alégicas a animales. El adulto sale de la crisálida a finales de verano, y las hembras fecundadas ponen sus huevos, que a las semanas eclosionan, salen las orugas y estas empiezana formar el nido o bolsa en la que permanecerán durante los meses frios. En primavera, con la subida de temperatura, las orugas empiezan a salir de la bolsa, bajan de los arboles y se desplazan en procesión, en busca de lugares para formar la crisálida y dar lugar a un nuevo ciclo. Es en este momento del año cuando la exposición a la oruga es más frecuente y es cuando se producen los episodios epidemiológicos a causa de los pelos urticantes que presentan, que en contacto con la piel y mucosas de los animales, produciendo fuertes picores e inflamación.
Este contacto se puede producir con las hileras de procesionaria en movimiento, con los nidos que caen al suelo desprendiendo pelos urticantes, o incluso con pelos transportados por el viento, que suelen producir afecciones oculares en determinados individuos.
La toxina que se libera de los pelos de la oruga es la taumatopenia, y es una haloproteina que provoca la liberación de histamina por degranulacion de los mastocitos, lo que conlleva una reacción inflamatoria severa, que suele ser prolongada debido a la particular estructura de los pelos que hace que se queden clavados en zonas mucocutaneas.
En caso de contacto, es importante irrigar la zona afectada con agua caliente, ya que el calor inactiva la toxina, pero es importante hacerlo con cuidado, ya que si no se pueden romper los pelos , liberando la toxina. Es importante acudir rápido al veterinario para instaurar rápidamente el tratamiento médico adecuado. El pronóstico y las secuelas dependen de la zona afectada (lengua, labios, ojos, etc.), la intensidad del contacto y la precocidad del tratamiento.